El dos veces nominado al Oscar, cuya épica historia sobre submarinos “Das Boot” impulsó una exitosa carrera en Hollywood, ha fallecido a la edad de 81 años después de una batalla al cáncer de páncreas que padecía. Pocos cineastas de renombre pueden presumir de contar entre su bagaje con un puñado de películas muy conocidas que seguirán estando presente en la memoria de los cinéfilos durante mucho, mucho tiempo.
Nacido en 1941 en la ciudad portuaria de Emden, se formó en una de las más prestigiosas instituciones de la Alemania Occidental –el Gelehrtranschule des Johanneums, de Hamburgo- lugar de formación de la élite alemana, para luego pasar primero al teatro y por fin a la televisión. En la pequeña pantalla fue donde se curtió un joven y prometedor director que haría amistad con quien sería su actor fetiche, mientras rodaba la serie policiaca “En el lugar del crimen”: Jürgen Prochnow. El protagonizaría las dos que filmó antes de ese gran éxito que sería la producción alemana más cara de la historia y en la que Prochnow interpretaba al comandante del submarino. Una de ellas sería “Uno de nosotros”, un thriller psicológico con el que debutó en el cine, siendo más interesante “La consecuencia” (1977). Situado dentro de las coordenadas del cine LGTBI, trasladaba la historia de un preso homosexual enamorado del hijo del director de prisiones y la consiguiente homofobia que ambos sufrirían a consecuencia de ello.

Es normal que alguien criado cerca de la costa se sintiera enamorado del mar y de sus historias. Así surgió una de las grandes producciones alemanas de todos los tiempos que se lanzó a rodar con ese bagaje. Su obra maestra “Das Boot” (1982) nos situaba en la Batalla del Atlántico, para relatarnos la claustrofóbica vida a bordo de un submarino alemán en plena Segunda Guerra Mundial. Nominada a seis Oscars, entre ellos el de Mejor Director, le abrió las puertas de Hollywood de par en par quien no tardó en filmar su primera película en inglés: “La historia interminable” (1984). Adaptaba el clásico de la literatura fantástica de Michael Ende, fue una taquillera película a pesar de que defraudó al autor y sus millares de fans, aunque hoy parece ser más recordada por su famosísima banda sonora.



A esta la siguieron varios tropiezos. La más conocida “Enemigo íntimo” que estaba protagonizada por Dennis Quaid y todo un fracaso de crítica y público a pesar de que hoy se ha convertido en una película de culto. Pero gracias a Dios que existía el cine de acción de los noventa capaz de levantar la carrera de cualquier cineasta innovador que se precie. Una de esas sería “Air force one” thriller de acción que recogía todas las claves del género para presentarnos a un héroe bastante improbable (el Presidente de los Estados Unidos, Harrison Ford) en pleno secuestro terrorista. Pero la cosa mejoró (y mucho) con sus siguientes películas “Estallido” y “En la línea de fuego”.
Con el nuevo milenio se desaceleró bastante la carrera de Petersen que por entonces le parecía interesar los thrillers de desastres marítimos entre ellos el innecesario remake de “La aventura del Poseidón” con “Poseidón” y la mucho más interesante “La tormenta perfecta”. Dejamos para el final una meritoria película de acción que dividió a la crítica y público junto a esa otra de toga y espada de Oliver Stone “Alejandro Magno”; hablamos de “Troya”. La aventura griega de Homero estaba protagonizada por un Brad Pitt en el personaje de Aquiles y abrió la senda del péplum en el nuevo siglo XXI.
