Ha fallecido Stuart Gordon, nombre vinculado al cine de género aunque no sea uno de los cineastas más conocidos y venerados del terror, quien supo lo que sería estar en el candelero de la polémica desde muy pronto, cuando fundó en Chicago lo que se llamaría Teatro Orgánico. Se tomaba excesivas libertades con las obras que caían en sus manos y montaba subversivas representaciones teatrales de Shakespeare o “Peter Pan” que le valió la cárcel. En realidad sería un ensayo de sus excesos que luego trasladaría al cine, basado en el gore, el sexo y las drogas. Un director capaz de llenar a las salas con los fans del maestro del terror, HP Lovecraft que luego se encontrarían con una escena en la que una joven desnuda y atada, aparece junto a un hombre que intenta meter su propia cabeza entre las piernas de la mujer. El film “Reanimator” se convertiría en película de culto aunque escandalizase a los espectadores más fieles del autor de Providence.
Nació en Chicago en 1947, iniciándose en el mundo del teatro donde impulsaría la carrera del dramaturgo David Mamet después del exitoso estreno de “Perversidad sexual en Chicago” pero terminó en el cine, asociándose con otro de los nombres claves del terror independiente americano: Brian Yuzna. Stuart Gordon fue coguionista de la clásica “Cariño, he encogido a los niños”, sin embargo, quedaría vinculado para siempre a esa serie B inundada de hemoglobina y por las mejores adaptaciones de las historias de HP Lovecraft.
Tras la influencia de Lovecraft.
Las adaptaciones del maestro de Providence se fueron haciendo más habituales cada vez que alguna de sus novelas dejaba de recibir los derechos de autor; en este sentido, Stuart Gordon quiso valerse de Lovecratf para revolucionar el cine de terror como hiciese Roger Corman en los 70 con las obras de Allan Poe. Pero Gordon solía trasladarlas a la actualidad, pero manteniendo la idea original de que los monstruos campaban a sus anchas por el mundo a través de las dimensiones que nos rodea, en las que el director buscaba un espectáculo poco convencional. Uno de esos títulos sería “From Beyond”, en donde un científico loco inventaba una máquina que estimulaba nuestra glándula pineal para poder ver y estudiar esas criaturas. Suena a película de terror estándar, pero no lo es; espera a ver lo que le sucede a esa glándula pineal. De todas ellas, recuerdo de forma especial “Dagón: La secta del mar”, su único trabajo en colaboración con España, en la que participaban nuestro querido Paco Rabal y Macarena Gómez, actriz a la que conocí durante mi única experiencia como productor. Lovecraft no sería el único escritor de renombre que pasó por sus manos. Gordon dirigió una de sus películas más convencionales de un guión de Ray Bradbury: “The Wonderful Ice Cream Seat (1987), que fue titulada en España como “El famoso traje blanco” y uno de los mejores relatos de Allan Poe: “El gato negro”, en su meritoria contribución a la serie “Maestros del horror”.
Del resto de sus películas, podría citarse “Dolls”, “Fortaleza Infernal”, esa especie de “La gran evasión” en versión ciencia-ficción protagonizada por Christopher Lambert, y la muy interesante “Edmond”, en donde adapta la obra de David Mamet con un magnífico William H. Macy, brindando una ejemplar lección de cómo interpretar a un americano medio, en un periplo nocturno que parece haber salido de Taxi Driver (Martin Scorsese).


